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El gas natural es una de las fuentes de energía más utilizadas en el mundo. Se usa para generar electricidad, calentar hogares y alimentar procesos industriales. Pero, ¿cómo se transporta el gas natural? La respuesta está en una compleja pero eficiente red de transporte y distribución conocida como el sistema gasista.

En este artículo te explicamos paso a paso cómo funciona el transporte del gas, qué papel juegan las presiones como los 60 bar o los 6 bares, y cómo se estructura esta logística invisible pero esencial para el día a día energético.

¿Qué es el gas natural y por qué es importante?

El gas natural es un combustible fósil más limpio que otros como el carbón o el diésel. Su componente principal es el metano, y al quemarse emite menos dióxido de carbono, lo que lo convierte en una opción más sostenible dentro del mix energético actual.

Además de ser una fuente clave para la generación de electricidad, también:

  • Se usa en hogares para calefacción y cocina.
  • Es una materia prima en la industria química.
  • Puede usarse como combustible alternativo para vehículos.

Pero todo esto solo es posible gracias a un sistema logístico que lo transporta de forma segura y eficiente.

¿Qué es el sistema gasista?

El sistema gasista es el conjunto de infraestructuras encargadas de llevar el gas desde los centros de producción o importación hasta los usuarios finales. Está compuesto por:

  • La red de transporte:  tuberías de gran diámetro que operan a alta presión (hasta 60 bar) y recorren largas distancias..
  • Las estaciones de compresión: elevan o mantienen la presión para asegurar el flujo constante del gas.
  • Las redes de distribución: conductos de menor diámetro que entregan el gas a usuarios residenciales, comerciales o industriales, generalmente a una presión de unos 6 bares.
  • Puntos de control y regulación: ajustan la presión, controlan el volumen y garantizan que el gas cumpla los estándares antes de su uso.

Este sistema, supervisado por operadores técnicos y regulado por normativas nacionales e internacionales,  garantiza que el gas llegue en condiciones óptimas, sin interrupciones ni riesgos.

¿Cómo se transporta el gas natural?

Existen dos métodos principales para transportar el gas:

  1. Transporte por gasoductos
  2. Transporte como gas natural licuado (GNL)

1. Transporte por gasoductos

El gasoducto es una red de tuberías diseñadas para transportar gas natural a largas distancias. Estas tuberías están construidas con materiales resistentes, como acero, y operan a altas presiones para garantizar un flujo continuo y eficiente del gas.

  • Gasoductos terrestres: Son tuberías que atraviesan el terreno, conectando yacimientos de gas con centros de consumo. Pueden recorrer cientos o miles de kilómetros y suelen estar enterrados para protegerlos de daños externos.
  • Gasoductos submarinos: Se utilizan cuando es necesario atravesar cuerpos de agua, como mares o océanos. Un ejemplo es el gasoducto Medgaz, que conecta Argelia con España a través del mar Mediterráneo.

2. Transporte como Gas Natural Licuado (GNL)

Cuando no es viable el uso de gasoductos, el gas natural se convierte en líquido mediante un proceso de licuefacción. Este proceso reduce su volumen, facilitando su transporte a largas distancias, especialmente por vía marítima.

  • Licuefacción: El gas se enfría a temperaturas extremadamente bajas, alrededor de -160°C, lo que permite reducir su volumen aproximadamente 600 veces.
  • Buques metaneros: Son embarcaciones especialmente diseñadas para transportar GNL. Están equipadas con tanques criogénicos que mantienen el gas a la temperatura necesaria durante el transporte.
  • Regasificación: Al llegar al puerto de destino, el GNL se convierte nuevamente en gas mediante un proceso llamado regasificación, permitiendo su distribución a través de gasoductos locales.

¿Cómo es la estructura de la red de transporte?

La red de transporte está diseñada para cubrir grandes distancias con máxima eficiencia y seguridad. Su estructura incluye:

  • Gasoductos principales: de acero, operan a presiones que pueden alcanzar los 60 bar, lo que permite mantener el caudal a lo largo del recorrido.
  • Estaciones de compresión: ubicadas cada ciertos kilómetros, se encargan de aumentar la presión del gas que se pierde por fricción o desniveles.
  • Válvulas de corte y derivación: permiten el control del flujo, mantenimiento de tramos y respuesta ante emergencias.
  • Centros de control: monitorean la presión, la calidad del gas y el consumo en tiempo real.

Esta infraestructura constituye el corazón técnico del sistema gasista.

¿Cuáles son las normativas del transporte del gas natural?

El transporte del gas natural está regulado por normas técnicas y de seguridad a nivel nacional y europeo. En España, estas normativas son supervisadas por la CNMC (Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia) y el Ministerio para la Transición Ecológica. Entre las principales normativas encontramos:

  • Requisitos técnicos para la construcción de gasoductos.
  • Protocolos de seguridad, mantenimiento y supervisión.
  • Controles sobre la calidad del gas entregado.
  • Obligaciones de reporte y trazabilidad del flujo.
  • Normas medioambientales para minimizar emisiones y riesgos.

El cumplimiento normativo es esencial para garantizar un servicio seguro, estable y eficiente.

En los próximos años, se espera que las redes actuales también puedan transportar gases renovables como el biometano o el hidrógeno, utilizando la infraestructura existente.

Mientras tanto, el transporte del gas natural sigue siendo una parte esencial de la seguridad energética en Europa y una herramienta clave en la transición hacia un modelo más limpio.

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